lunes, 21 de junio de 2010
EL AMANECER AZUL MARINO EN UN VIDRIO HELADO (JOSEPH BRODSKY)
El amanecer azul marino en un vidrio helado
recuerda faroles amarillos en una callejuela con montones de nieve,
caminos congelados, un cruce, borrascas en ambas direcciones,
un guardarropa a los empujones al final de la Europa del Este.
"Anibal..." resuena insistentemente por allí, un motor extenuado,
las barras paralelas del gimnasio apestan con ese olor a axila;
aquella cortina de terror a través de la cual no pudiste mirar,
continúa igual de inescrutable. Lo mismo desde el lado de allá.
La escarcha plateada ha transformado a la campana vibrante
en cristal. Y sobre lo de todas esas líneas
paralelas, se han vuelto verdaderas; hechas de hueso.
No quieren levantarse todavía. Y no lo hicieron nunca.-
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