Ese pequeño poema de Bajo la noche física [1996] siempre me impresionó mucho. No sólo por comenzar en el epígrafe de Mallarmé, que apunta para lo que nos rasga [como un golpe de ala embriagada] y para un vuelo que no es un derecho de fuga. El título vertiginoso, la escena entera torpe, esa delicada interrogación final del “pulmoncito del ruiseñor” y la secuencia de inutensilios que pueden recrear la lista de Joaquim de João Cabral –sonda, plomo, bomba- hasta que el amor se lo coma todo. No es de rasgos de lo que hablamos? Es interesante que este poema cierra la reunión de Sublunar [2001], como el cierre de un tiempo, de una hora, no sé. Vengo pensando que toda la poesía de Carlito parte de un tema de pasmos. Ahí se ve uno más, varios más.
MALDOROR
“Va-t-il nous déchirer”
S.M.
ves
la mesa?
y sobre la? vuelto
de allá hacia acá por preciosos
instrumentos quirúrgicos
- sonda? plomo? bomba?-
el pulmoncito del
ruiseñor?
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