domingo, 6 de febrero de 2011

EL RECUERDO (ALBERTO GIRRI)

Difícil es la vida del centinela,
da pena ver su ojo endurecido, implacable
inspeccionar al aterrado durmiente
yendo y viniendo hasta el amanecer
tras la perdida caricia, pico celoso
clavado entre las apariencias y el olvido.

¿Qué ganaría entonces el amante
con susurrar encendido:
"hace mucho, hace mucho estuvo aquí",
mojar un camafeo, suplicar al viento
que guarde sus pisadas,
que sea bondadoso con sus dulces miembros?

Dios, apártalo,
es grata la comezón, pero apártalo,
el maniatado parecer del cuerpo,
la respiración que me enfría
no querrán extinguirse en un odre vacío.

Dios mío, aparta al centinela.



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