viernes, 4 de febrero de 2011

FRUTERAS FECUNDAS (FÁTIMA RODRÍGUEZ)


Aleteo sombrío del abandono
contra fecundas
fruteras
arteriales

aleteo
sombrío
del abandono
por los canales
valientes
de la memoria

estas manchas salen con sal ácida

y enseguida hay unos moteles
con nombres tan extraños
que nos adornan con cuadros de lavanda
y con música dulce y pegajosa
y con mujeres desnudas
y con espejos para mirar unos cuerpos saturados que se rebelan
contra la impostura de su propio deseo
y con verbos hinchados de deseo
y con el incendio de pelvis y pieles
calcinándose en ritmos solidarios

(y con barnices falsos
y baratos)

son unos moteles de importación plantados sobre esa
misma hierba
aquí no estamos en Tijuana esto es una planicie de agua calma
donde en otro tiempo posamos nuestros pies descalzos
la misma hierba dulce sudorosa
que nos había acariciado muda los cuerpos de la niñez por cada poro

los diminutos huertos
las ventanas
ciegas de hiedra
y de buganvillas
de los modestos encajes de la vid
en busca de aquel otro latido anhelante vano que convertía en
deseo la claridad

esta desganada y líquida y disuelta luz nuestra

qué halago de jugos
qué tierra fértil me oís
(como si hubiera sido regada con amniosis)

estos horribles moteles de ultramar
guarida de las últimas aves migratorias
desfalleciendo a fuerza de intemperie
uno se pierde por las grietas del insomnio
en estos moteles baratos
donde la vida desmonta su tramoya
y con otra vida
puede ser
más ficticia
con otra vida
otra
para que el amor reclame veinte metros cuadrados de socorro
y firme en el resguardo con un nombre falso
o pague con un anónimo efectivo
para que el amor no amortezca amortizado en cómodos plazos
un amasijo de plumas y sangre
para que amor se escriba con minúsculas
como cualquier vulgar sustantivo común
y se decline en todas sus formas
y pueda inventar que está riendo a ras del suelo
y que la risa se le cuela por las entrañas
y va a desembocar en un cuajo de zumo
y se estrella como una ala de garza
y muere de distancias angulares

Para que amor decline todas sus posturas
como una lengua trasnochada y muerta. 



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