viernes, 20 de mayo de 2011

CRÓNICA (JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO)

Los verdugos del rey ajusticiaron
a Sire Villon, poeta, y hubo peste,
hambruna;
un cordero nació con cinco patas, y la Estrella
del Pastor no relucía.
Los alcabaleros arruinaron aldeas y ciudades
con los impuestos, y la vieja Caterina fue enterrada,
de caridad, en San Lorenzo.
Nacieron cinco niños, y los cinco
murieron luego, como si estuviesen
mal cuajados para sostener la vida.
Compré una gallina, y escribí un poema
sobre las gélidas, crueles noches,
las manos ateridas, los gorriones
acuchillados bajo los aleros.
Lo guardé para los muertos, y los otros
que luego vivirán. Aqui lo pongo.
Ego scriptor.

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