jueves, 2 de junio de 2011

Y ESTÁ TODO DICHO (ARNALDO ANTUNES)















Ya no le veo ninguna gracia a ese ruido constante
que hacen las bocas de las personas hablando
cuchicheando y quejándose
- lo que quieren más que nada es quejarse.

Como una carcajada en mi oreja
o como una abeja o cualquier otra cosa pendeja
sobre las vidas ajenas o sobre lo feas que son
o sobre cómo están llenas de tanto esconder secretos que todo el mundo ya sabe
o si no sabe desconfía.


Ya no voy más a quedarme oyendo distraído
mientras ellos hablan de ellos,
y de lo que ellos harían si les pasase a ellos
y de lo que ellos no hacen de modo alguno
como si alguno le importase.


Ellos son: todas todas las personas
sacando a los mudos.


Y si quieren hablar de mí, de vos, de nosotros dos
que hablen lejos de mi ventana por favor, si van a hablar así de nuestro amor.


Yo ahora sólo escucho radio, vitrola, grabador,
el timbre, el teléfono y el contestador no los pienso oír nunca más
por lo menos por un tiempo.


El que quiera hablar conmigo tiene que callarse la boca mientras yo cierro el pico,
y está todo dicho.



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