sábado, 6 de agosto de 2011

COMIDA FALSA (MARCEL BEYER)

En la mesa de caballeros las conversaciones envejecidas
"y contestó: no comieron otra cosa que alubias
y chucrut." Un chiste de primera,
hablando en privado, por supuesto. Los
temblorosos, los del Skagerrak, los de "Noruega
en el puente, el veinte de abril, con un frío
que pelaba, el resto de la compañía,
en vuelo de vuelta al Reich, a Berlín, y hala."
Y cómo inhalan, cada bocanada
una alarma aérea. En eso se ve pasar un 
perro hermoso, su dueño detrás
cojea de camino a los lavabos.
Calibrar con cuidado la necesidad,
paso tras paso, una maniobra peligrosa.
De pasada, tasar la camarera. Clientela fija, antaño
espanto de las madres, conversar galantísimo, ensayados
ciertos suspiros, ciertas miradas. Duro entrenamiento.
Chirría la puerta del excusado. El perro hermoso ahora
en el comedero, come comida falsa. Incisivos,
olor incisivo. Ya vuelve el dueño arrastrando los pies,
buque de guerra, tambaleando, de camino al
astillero. El perro hermoso junto a la percha,
husmea allí donde un hombre la noche anterior
se salpicó el guardapolvos sin querer. El dueño
llama. El can hermoso obedece. Porque comida
falsa en ocasiones gusta si es servida con propiedad.



[Traducción de Cecilia Dreymuller]



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario