El porche es gris—a medio camino entre sílex
y ballena—la casa,
una fachada de sol tardío.
Dos mujeres sentadas afuera en el junio
de un año memorable mientras un niño duerme
inmediatamente detrás de una puerta abierta. Nota:
mantén la descripción
en el mínimo.
Evita adjetivos, usa
adverbios
moderadamente. El
tren pasa, inquietando
las ventanas, corrigiendo el centro habitual del sol
hasta que una venda negra lo cubre.
Ella se levanta de la silla, desaparece
de la vista. Nunca
cuelgues un revólver en la pared
en el Acto I, a menos
que planees
que alguien lo dispare
en el último acto.
Deja
al niño jugando en el patio de atrás; al perro,
suspirando en el porche; se sube al coche.
Ha estudiado literatura rusa. Ahora,
levanta la cámara hasta sus ojos
La narrativa es
aparentemente fácil.
Cada frase debe
dirigirse a la pregunta
¿Y después
qué pasó?
y apunta hacia el tren
que llega. Pastillas brillantes en su cartera, una tabla
de planchar abandonada, una lista de compras incompleta
pegada a una puerta de metal blanco: Pan,
.
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