sobre mi pecho oscuro,
espera en el umbral de mi carne sus errores
me conforta diciéndome que estaré solo y que sufriré,
que caeré y que no podré levantarme,
que mataré a siete personas y que tendré tantos días de compasión,
como un perro en una perrera, que permaneceré solo y sin dientes,
remedios ni sentimientos
y que terminaré como aquel extranjero al que encontramos un lunes por la tarde
en un café del centro de Milán.
Más o menos su vida había sido así — I had a woman,
she left me. Nada más que eso.
Traducción: Sara Costantini
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