martes, 12 de octubre de 2010

DIARIO DE UNA DESAPARECIDA (MARY JO BANG)


Cuatro muertes por difteria, después fuego, ahora cinco lagos conocidos

con la mirada calma. Aunque completamente loca.
El aullido lunático de una nena

infame. Un remo luchó contra la multitud de orillas, el otro,
contra el húmedo subnacimiento. Y la locura,
había sido infligida por demonios? O fue impuesta por dios? O hubo una visión,

lanzada sobre un espejo vacío, y apareciste ahí?
Más tarde, en el piso de arriba -los lagos ya
en valijas de nácar, el giro cobrizo de un alto hacia el cielo

elegido contra una ventana de plomo -volvió la pregunta
quiasmática. Recordó las lecciones tímidas
de una chica llamada Renee sobre las inalcanzables libertades

de la carne. En el comedor, se encogerían
sobre la mesa como ángeles de papel
si alguien levantase una ceja.

O si no, se inclinarían contra el escenario -mirando
a sus zapatos Bonniedale
como si fuera lo único que amaran.-



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