viernes, 21 de enero de 2011

EL ÁNGEL BOXEADOR INTENTA DESCRIBIR UNA ESCENA (CARLITO AZEVEDO)



PORQUÉ ELEGÍ ESTE POEMA / CARLITO AZEVEDO
(de un e-mail a Flora Sussekind)

hola.
una historia real: el fin de semana fui al museo de la república, a la primavera de los libros. ahí hubo un momento, al caer la tarde, en que me senté en uno de esos banquitos verdes debajo de los árboles y me quedé pensando que había sido gracioso que Florencia hubiera hablado del concepto de “poemas-recorridos” que vos creaste para leer monodrama, que todavía no era monodrama ni nada. me pareció gracioso porque la primera vez que había leído tu ensayo sentí que me habías puesto en una situación difícil. porque nunca más yo iba a poder escribir un poema como “el tubo”, “márgenes”, o cualquier poema de esos de desplazamientos sin pensar que estaba en un picadero realizando “el número del poeta que escribe otro de sus poemas-recorridos”… pero también me pareció que eso era bueno porque impediría que me repitiera sin al menos problematizar un poco más la cuestión. me quedé imaginando si algún día encontraría una solución para eso… [para volver a pasarte el problema a vos…] y me acordé que el último poema que escribí para el libro, que entró cuando ya estaba listo y casi en la gráfica, “el ángel boxeador intenta describir una escena”, era ya un intento de cambiar eso, ya que la chica del poema está en una bicicleta, pedalea sin parar, a toda velocidad, pero no hace ningún recorrido, porque está atrapada entre las rodillas de los muchachos, pero en su imaginación, ella está huyendo de casa y desplazándose… sólo que cuando vi la imagen en la obra de bia lessa no había pensando en nada de eso, simplemente había sentido que esa imagen era deslumbrante. ahora entiendo mejor porqué sentí que eso era deslumbrante, y porqué me tocó al punto de que escribí ese poema apenas llegué a casa (lo que raras veces me pasa). y creo que es un poco mi vida: recorridos que no recorren, que no van a ninguna parte. termino siempre en ese mismo cuarto que fue mi cuarto de infancia y solo con un montón de libros y cuadernos y lapiceras. bueno, vos misma me dijiste una vez que podía escribirte de vez en cuando aunque sólo tuviera tonterías para contarte. así que no te enojes conmigo por esta tontería. sólo quería decirte que me puse feliz y me acordé de vos. 
besos.





EL ÁNGEL BOXEADOR INTENTA DESCRIBIR UNA ESCENA

1.

Un joven dibuja círculos con el humo
del cigarrillo
y está acostado
en el suelo
leyendo un libro

Frente a él hay otro joven que
también dibuja círculos con el humo
del cigarrillo
y también está acostado
en el suelo
leyendo un libro

El primero tiene las rodillas erguidas
y entre las rodillas
en el aire
sostiene la rueda delantera de una bicicleta

El segundo también tiene las rodillas erguidas
y entre las rodillas
en el aire
sostiene la rueda trasera de una bicicleta

Mientras la vida microscópica
se arregla como puede y
según las propias leyes
los dos jóvenes
siguen leyendo y
dibujando círculos
con el humo
de los cigarrillos
lo que por lo demás
disimula mal
el no poco esfuerzo
de sostener una bicicleta
entre las rodillas


2.

Sobre todo porque
montada en la bicicleta
suspendida en el aire
pedalea
tomada por el entusiasmo
una chica
de 8 años
que está huyendo de casa
con toda la simplicidad
y todos los espasmos
está huyendo de casa
con todo su sexo
y todas las mañanas
está huyendo de casa
con toda su fuerza
y todas las montañas


3.

Agreguemos ahora que
la sala donde tiene lugar
esa escena es totalmente negra
de una negrura espesa y betuminosa
de alquitrán
lo que da a los círculos de humo
producidos por los jóvenes
acostados
un aspecto luminoso
no tan luminoso
sin embargo
cuando el rostro
de ella
mientras tanto
tomada por un frenético
entusiasmo
pedalea y
habla
sin parar
pedalea
parada
y sin parar


4.

En este instante
el ángel boxeador
para de describir
la escena que está
presenciando
y piensa que si algo de nosotros
sobrevive al fin
del junco
pensante
hipótesis remota
aunque al fin hipótesis
aunque al fin remota
entonces el ángel boxeador
se promete
en esa improbable
hipótesis
agotar todas las
posibilidades
de contrabandear
en la hora de la muerte
y hacia dentro de la muerte
burlando
el lavado de cerebro
del paraíso
alguna cosa
alguna
más mínima
cosa
de esa chica
la sonrisa
el color de sus ojos
la forma de
sus botitas








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