domingo, 9 de enero de 2011

PÁLIDO CIELO ABISAL (CARLITO AZEVEDO)

PORQUÉ ELEGÍ ESE POEMA / RICARDO DOMENECK 
"Pálido cielo abisal", poema que amo porque funciona en la página y en la voz, uniendo oídos y boca, con un texto que vive entre la transparencia de los signos y su materialidad, que ve en la cara de una rata sedienta el rostro hollywoodense de Debra Winger, como si viviéramos hoy en el blockbuster de nuestros fracasos sociales y desilusiones diarias, sin saber ya si el sueño de redención es vendido en Ipanema, Manhattan o en el Magreb.









PÁLIDO CIELO ABISAL

que no nos protege,
y es antes cómplice, o mentor
intelectual de esas ruinas,
de nuestras mentes mutiladas.
Al pasar por ciertas casas y calles
suburbanas, sucede a veces
que nos deparamos con algo
que brilla deslumbrante y disimétrico,
y nos conmueve al punto de que
nos preguntamos si de su aparición
escandalosa, su cola
luminosa de átomos y vacío,
podrán surgir un día
muchachas aseadas en vestidos 
de flores, llevando de la 
mano a niños bien peinados
para la Escuela Municipal,
el Sueño Municipal.
Paré un día en una de esas 
plazas y, acostado sobre el
pasto, me puse a escuchar la
desconexión absoluta de
todas las hablas del mundo, de 
todos los sueños del mundo.
Al levantarme para buscar
un poco de agua en el tanque
vacío vi (encarándome)
una rata que incluso 
así me recordó a
Debra Wingers
abandonada en el desierto.




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