Después de que el demonio reflexionara largo tiempo sobre la forma de obstaculizar y confundir al maestro
un día se le acercó y le dijo:
Vos que sos el maestro, ¿no notaste el riesgo de esa ilusión
que te transforma en un ciego para todo cuanto ansiás abandonar?
¿Estás seguro de que no descuidaste nada
entre aquello que ya dejaste atrás?
Así como las piedras preciosas pueden estar ocultas en la tierra
y las venas de agua pueden fluir hacia algún sitio bajo los desiertos
también puede haber una verdad que no hayas encontrado,
aquí, en el bosque ruidoso y gritón del Samsara,
una verdad escondida y difícil de descubrir.
No estés tan seguro de ir por el buen camino.
Retrocedé y buscá nuevamente.
A lo mejor encontrás un camino completamente diferente, entonces.
[Sobre una traducción de Francisco J. Uriz]
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