viernes, 23 de noviembre de 2012
LA ESCUELA MUSICAL DE SAUSALITO (ANÍBAL CRISTOBO)
Las partículas de café se precipitaban
por el vaso de leche artísticamente, como la purpurina
que coronaba a las cheerleaders al entrar
al museo. Era el otoño
en que la escuela musical de Sausalito deslumbró al mundo
sin un sólo instrumento. Algunas publicaciones científicas
se mostraron interesadas, prometieron enviar al fotógrafo
que cubría las catástrofes. ¿Mantuvieron que era “una victoria
de la imaginación” y a los rehenes
amordazados en el auditorio? Entre ellos, la mayoría eran
agnósticos y geminianos. Y los hombres
altos, con camisas que denotaban el mesianismo de sus
composiciones. La última
se preguntaba “¿Hasta qué número pueden contar los
pájaros?” y había sido el éxito
incluido en la campaña presidencial de ese año. Afuera brillaban
los primeros neones de las lencerías, articulando el juego
de tu tristeza.-
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