Alguien que, para explicarse mejor, nos pone constantes ejemplos de cosas (libros, películas) que no hemos visto, pero que fingimos conocer por pereza de recibir nuevas aclaraciones.
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La felicidad de encontrar una justificación excelente para ser injusto con alguien a quien se detesta.
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Sueña con poseer un talento cualquiera, pero tan notablemente, que su relación con el mundo quedase automáticamente definida por la dedicación a sí mismo que esa habilidad requeriría (como cuando alguien dice “Si yo tuviera esa voz!”, dando a entender que sería una coartada inmejorable para convertirse en un completo egoísta).
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Lo escasamente y mal descripto de algunas experiencias humanas, como ser pintado o ser fotografiado.
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Alguien que viene conversando con un amigo y, súbitamente, asiste al reencuentro casual de éste con un tercero, al que nuestro personaje no conoce, sin saber a qué distancia situarse, si mirarlos o fingirse interesado por el cielo, etc.
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De pronto algo en lo que nunca antes habíamos pensando y que explicaría muchas cosas; pero que al ponerlo en práctica falla.
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Durante algún tiempo es capaz de sobrellevar bien los logros ajenos; pero no deja de sentirse orgulloso de ello, y se decepciona si el destino no acaba premiando su tolerancia ante la felicidad de los otros.
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El error cada vez más extendido de creer que la paradoja sería el modo más apropiado de descubrir el mundo en detrimento de la obviedad, verdadera forma de conocimiento -aunque mucho menos espectacular.
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Un arrebato incontrolable; la necesidad de confrontar a alguien violentamente contra las creencias que profesa de forma irreflexiva; por ejemplo, que reir hace bien.
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