lunes, 9 de mayo de 2011

UNA CHINA CAMBIANTE (KENNETH KOCH)

No voy a ir con vos, dijo ella, a tu manifestación.
Tenía miedo de terminar admirándome demasiado.
Después la encontré en la Tienda Amistad.
Comimos una docena de empanadas de perro.
La guía tiene ilustraciones
De diferentes razas.
Acá un collie, alto y orgulloso,
Acá un terrier escocés, chiquito y gracioso,
Y el Pastor Alemán tan magnánimo,
El cocker spaniel, feliz de saludar.
Tres noches en el Hotel La Paz.
Estaba lleno de paz.
La paz se paseaba por las paredes.
Sus escaleras eran pacíficas sus baños eran pacíficos,
todo parecía pacífico en el Hotel La Paz
actualmente convertido en uno más moderno llamado El Perro de Oro,
Le chien d'or, er shaiku ai ny pan.
Perdí el nombre y la dirección
De un escritor chino que cumplía arresto domiciliario
Que me habían dado otros escritores.
Es ilegal, es peligroso
Si descubren que la tenía estoy en el horno
Estoy escondido en el bambú
Qué Negocio 
Haber venido a China
Un negocio que cambia el resultado
China ya casi no puede recuperar el aliento.
No me arrestaron encontré el papel.
Afuera del lobby hay una vitrina con insectos de vidrio.
Un pájaro volando sobre Kunming
Donde la temperatura media es de veinte grados
En el aire de este tiempo injusto.
Acá en cada habitación hay un barril un vidrio.
Los inmigrantes chinos están durmiendo en el sótano
Y la piedra de ciento cincuenta metros de alto está coronada por una campana.
Les perdoné su actitud con los perros
Después de todo nosotros comemos langostas
Vení acá animalito
Ah! Zácate! La langosta está muerta.
Tirada en la cuenca del río Huang Po con una piedra en el lugar de la cabeza.
"Prohibido encender petardos en los cuartos" la señal en cada habitación.













[Traducción: Mònica Miravet y Aníbal Cristobo]




 

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