sábado, 9 de julio de 2011

LAS PRIORIDADES DEL MUNDO (RICARDO DOMENECK)


Cualquier persona
podría verificar los titulares
de los principales diarios del mundo
a la mañana siguiente. El americano
The New York Times relataba
la destrucción causada por un tornado
en Missouri, el francés Le Monde
cuestionaba el envío de helicópteros
a Libia, el español El País
se ocupaba de las revueltas
del pueblo bajo su monarquía
y el alemán Frankfurter Allgemeine
esparcía el pánico con una bacteria.
En Brasil, la Folha de S. Paulo
parecía realmente interesada en la renta
de un ex-ministro de Hacienda
y actual Ministro en Jefe de la Casa Civil.
Soy consciente de que el fenómeno
que devastó la agricultura y el turismo
de mis sueños, esta catástrofe mía
tan natural causada por una decisión
unilateral del ministro en jefe
de mi casa civil
era minúsculo
para el mundo.
Pero la única población
cuyo descontento
me interesaba aquella mañana
estaba formada por un solo ciudadano,
por eso busqué la noticia
en lugares menores, donde quién
sabe a alguien le hubiera importado
la renuncia del elegido,
el bendecido, el ungido.
Era
como si precisara de una prueba
final
de que no se trataba apenas
de una larga y elaborada
pesadilla banal. Pero en Alaska,
el Anchorage Daily News
informaba sobre un barco
sobrecargado y su naufragio,
sin mencionar mi deriva
en las aguas, en Alabama
The Decatur Daily cuestionaba
la nueva ley para inmigrantes ilegales,
inconscientes de la evacuación
de mi ciudadela des-sitiada.
En Berlín, la prensa
sensacionalista
alertaba contra legumbres
contaminadas. Nunca
me engañe, lo juro. Siempre
supe y todavía sé que el hecho
de que ya no sea obvio
encontrarte en mi cuarto,
en mi cama, no
merece la primera página
de ningún diario
y son mucho más importantes
y respetables las prioridades
de este mundo
que, sin embargo, ya no
es más el mismo para mí.


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