nací en 1930
en la Calle de los Placeres
En las tablas viejas de parqué
por donde me arrastré
conocí cucarachas hormigas cargando espadas
arañas enormes
que nada me enseñaron
excepto el terror
Frente al muro negro del patio
las gallinas picoteaban, el girasol
gritaba asfixiado
lejos lejos del mar
(lejos del amor)
Y sin embargo el mar yacía cerca
detrás de miradores y palmeras
envuelto en su ruido azul
Y las tardes sonoras
rodaban claras sobre nuestros tejados
sobre nuestras vidas.
Y de mi cuarto
yo oía el siglo XX
parloteando en los árboles de la quinta.
Después me levantaron del cuello
me refregaron en el barro
me patearon los huevos
y me soltaron atontado
en plena capital del país
sin tener siquiera un arma en la mano.
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