Todo lo que vive, vive para siempre y siempre
acontece tanto. Casi vos dirías demasiado, igual
alguien toma unas breves vacaciones
de sus días cierta tarde, una década
lo mismo da la India o algún taxi
directo a Paternal. Llegada y diferencia: cinco esquinas
mal encuandradas cuando una avenida deviene
avenida contraria. El cielo
el mismo aquí aunque otra forma del invierno, en verdad
su aviso hecho carne y hueso
para vos. Todo
todo esto que vive vive siempre: caen cáscaras, trucks de la tabla
engrasados por apuro o minucia
de novia despechada. Con la práctica
el intento de aquí a un paso
solamente eternidad. Novedad generosa y buen agüero
para este huesped inoportuno del invierno, así dirás: todo
dura y dura demás, incluso el salto tantas veces intentado
sucede ahora solo y se parece tanto
a un salto más. Arriba los árboles
más árboles descarnados, estrellas y vértigo
un edificio demasiado alto. ¿Quién no reclamaría su propio
corazón skater y afinado? O mejor tarde visitante en Paternal
que los fresnos se muestren todavía verdes y escoltando
calles donde podés quedarte, afianzar el sustento diario
una casa adonde dirás: listo
este corazón bien sabe qué late, qué
no pulsará ya.
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