jueves, 11 de agosto de 2011

Y A CADA ENCUENTRO QUÉ... (ANDI NACHON)


Y a cada encuentro qué
seguís esperando: no demasiado
un brillito
del aire al que agarrarte. Esa mujer
de anteojos negros y pollera a lunares:
caminó bajo palmeras
mecidas en el aire. A cada encuentro en el otro vos
estás buscando. Con intensidad
pactás la cita del chinatown: determinada esquina,
un vestido cruzado y que tenga leves
dragones anaranjados, sí
volvés ahí como si algo
pudieras cuando en el otro
quedás suspendida: tanta calma
dan los cruces
por la pista apropiada – teníamos las uñas
pintadas de un color distinto: te dijo
los habían llamado chicos y luego
intercambiaron anécdotas donde los dos
habían sido enviados
al baño equivocado–. ¿Qué
estás esperando? Aquellos pasos
dados de a dos y al tiempo
te olvidás de vos. (Sí: andi nachon no escribe más,
cría perros en su casa de montaña
y de noche atiende un pub.) A cada movimiento un brillito
te empuje hacia otro lado, rastro
para recordar quién no sos, quién
te hace el otro cuando llama.


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