jueves, 1 de septiembre de 2011

UNA NOTA (ROBERT CREELEY)


Interrumpo estos poemas para traerte información particular de último momento, que consiste en que la coherencia o determinación de propósitos que yo suponía presente en una compilación como esta (hasta no hace demasiado tiempo, en realidad) me parece ahora completamente ausente. Así es que colecciono como una urraca (en el sentido comprometido de Duncan) todo aquello que me atrae. Que quede dicho nuevamente que escribir es un placer. Y finalmente, no estoy construyendo rutas ni intentando persuadir al lector de ninguna convicción que yo mismo aprecie. Estoy intentando practicar un arte que posee su propia insistente autoridad y no necesita ninguna otra, pese a todo lo que pueda, de hecho, decir. Y realmente no he comprendido qué quería decir aquel chico silbando en el cementerio. Ahora escucho con más atención.


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