jueves, 2 de mayo de 2013

LA EVOCACIÓN DEL CHIMPANCÉ (ALBERTO PIMENTA)



compré una entrada y un paquete de maní y
entré al cine. vos compraste una entrada y un
paquete de maní y entraste al cine. nos
sentamos en la misma fila, lado a lado. yo abrí mi
paquete de maní, vos abriste tu paquete
de maní, con un ruido exactamente igual al
mío. mi giré hacia vos y te mostré los dientes. vos
te giraste hacia mí y me mostraste los dientes. cuan
do la luz se apagó, vos pusiste tu paquete de 
maní en tu regazo y yo puse mi paquete de 
maní en mi regazo. con la mano derecha comencé a le
vantarte la pollera. para facilitarme la tarea, vos
levantaste levemente las nalgas del asiento. con
ese gesto, se te cayó el paquete de ma
ní. apenas los maníes terminaron de desparramar
se en el suelo, me agaché para juntártelos, pero ol
vidé mi paquete de maní, que también se me
cayó al suelo. perdí un tiempo enorme
en buscar y juntar todos los maníes. me acuerdo
que pasé casi todo el tiempo hasta el inter
valo juntando los maníes. y todo el tiempo vos
no dejaste de suspirar y gemir, aunque sola
mente estuvieran proyectando un documental sobre
el narciso y ningún drama conmovedor. la voz del lo
cutor, recuerdo que decía: "al inicio de la primave
ra, cuando montes y valles despiertan del largo sueño
de invierno, cientos y cientos de narcisos ele
van sus doradas cabezas por todas las grietas
del suelo, y lanzan su mirada inocente desde los
portentosos peñascos y desde las raíces nudosas del
bosque". esto, como ciertamente recordás, fue
antes del intervalo. después, cuántas veces, ah cuán
tas veces no dejaste caer y yo no dejé caer
los maníes que nos quedaban. y a veces vos, a veces yo,
nos agachábamos para buscarlos y juntarlos
con suaves, tiernos chillidos. la película, según la
crítica, era de esas que uno no se puede perder.






No hay comentarios:

Publicar un comentario