Seguramente será como ahora. Estaré despierto,
caminando de un lado a otro por el corredor. Como un minero
que sale de un pozo, me subirá
desde el silencio de toda la casa, brusco,
el ronquido del ascensor. Me pararé a escuchar
las bofetadas de las puertas de metal, y los pasos
por el pasillo, y adivinaré el instante
en que empezará a temblar la angustia del timbre.
Sabré quiénes son. Les abriré enseguida. Todo perdido,
que entren esos, a quienes les tendré que decir todo.
[Traducción: Mònica Miravet y Aníbal Cristobo]
No hay comentarios:
Publicar un comentario