jueves, 5 de mayo de 2011

LOS ESPEJOS (GABRIEL FERRATER)


Y si una mujer es demasiado fina
como para elegir y seguir eligiendo: pasar
de puesto en puesto, con un vigor
de verdulera, toquetear las peras
y ver engaño en el frescor de los huevos?
                Comenzar el día eligiendo?
Recorrer todo el mercado, para publicar
su pasión vestal, para pregonar
el tributo al buen orden y las cualidades
que ella quiere obtener de cada día-
                Mejor la que es leal y oculta.
Hace tiempo eligió, y tiene confianza.
Las agencias lisas y discretas
por ahora no han fallado. Su puerta
se va abriendo, y todo acude puntualmente.
                Y qué, si tiene horas de duda?
(Tal vez va pagando mucho por lo que vale menos,
tal vez las otras encuentran por la calle
cosas que saben querer, y no hablan de eso
cuando están con ella, dentro de sus cuartos.)
                Que no la rodeen sombras turbias.
Que en todos nosotros, espejos en los que se mira
cuando sopesa la prueba del acierto
con que eligió los suyos para siempre,
reencuentre, siempre nítida, una imagen.
                Mostrémosle, nuestra y asumida,
su elección: el alto honor de los suyos.

 












[Traducción: Mònica Miravet y Aníbal Cristobo]

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