martes, 2 de agosto de 2011

DÍA DEL NIÑO NO GIMNÁSTICO (MARCEL BEYER)

El niño que laboriosamente realiza el ejercicio de gimnasia
con cabeza roja, contra la resistencia de miembros
paralizados, no quiere mirar a nadie. El cuerpo cae
siempre en la mala dirección, la pierna insensible
no arde de verdad, sólo arde externamente, al golpear
el colchón con callos. Imposible mirar el pelo
sudorodo del que translucen cicatrices,
válvula de escape palpada. No hay espectadores
inocentes. Sólo a veces apetece escuchar
sus dientes torcidos, supuesta falta de los
padres, el forro para zorro, el papel de alimunio,
o -acto reflejo erróneo- la julías para
almorzar. Y uno, a quien se le escapó la luna
cuando discutieron los padres, la pálida luna en prados
brumosos, ensaya, con voz clara, el diálogo a 
tres, con papeles repartidos.


[Traducción de Cecila Dreymuller]


 

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